No me cabe duda que hablar de “la parte positiva de la infidelidad” es atrevido e incluso habrá quien se lo tome como un insulto a su persona. Y si además esa persona que se toma el título de mi post como algo personal está viviendo los estragos del dolor de la infidelidad en alguna de sus formas, puedo parecerle su enemigo:

¡¡¿La parte positiva de la infidelidad, pero qué me estás diciendo tú…?!!

Bueno, pues quizás te puedo dar una perspectiva nueva, o quizás prefieras quedarte con la tuya. De todas formas, ya que estás aquí, te invito a que sigas leyendo y luego decidas lo que tú consideres que es mejor para ti.

Entender lo que hay detrás de la infidelidad

La infidelidad en una relación no es algo que aparezca de forma fortuita y tampoco aparece simplemente para nada. Es una señal clara y urgente de cambio en tu vida. Es simplemente un aviso, como el de una señal de carretera que te indica “camino sin salida” o “la carretera se acaba, de la vuelta”

Si te das la oportunidad de ver la infidelidad de esta forma, tu consciencia se va a expandir y en caso de que aún sigas teniendo dolor, empezará a disminuir, ya que te guste o no, la infidelidad modificó tu vida, y de ti depende que esas modificaciones sean un triunfo para tu bien o sean un infierno por muchos años.

Vayamos directos a los 4 problemas que impiden ver la parte positiva de la infidelidad

Soy muy reacio a utilizar la palabra problema porque a veces encierra a nuestra mente en un callejón sin salida; me gusta más utilizar la palabra “retos” u “oportunidades” pero en este caso voy a utilizarla porque es muy probable que ya te sientas en un callejón sin salida, y en este caso sí que tienes un problema, al cual deseo ayudarte a solucionar al menos un poquito.

Problema # 1: Tomar la infidelidad como algo personal

Si descubriste que tu pareja se fue con otra persona y afectó tu valía personal quizás estés sintiendo algo así como que “no vales”, “ no eres suficiente” “traición” y estas sensaciones están acompañadas también de una sensación de vacío en el pecho o de retorcimiento en las tripas de tu estómago.

La interpretación de tu valía a través de la infidelidad de tu pareja es errónea. Ese dolor que sientes te lo detona el hecho de que hayas descubierto a tu pareja con otra persona, pero la esencia de ese dolor se deben a otras causas que necesitas descubrir. Y ocuparte de ese dolor original es más importante que el dolor de la infidelidad de tu pareja.

No es complicado descubrirlo por lo que no necesitas una terapia larga de meses. Lo más probable es que esta sensación de vacío por no ser suficiente, no sentirte valioso o merecedor sea un fleco incompleto del amor que sentiste por parte de tu madre o tu padre o alguien igual de importante en tu vida, y es sencillo resolverlo si sabes qué teclas tocar en tu interior.

En el caso de que seas tú quien se ha ido con otra persona, tomarte la infidelidad de forma personal es “comprar la fantasía” de que que esa/s experiencia/s o la persona con la que te has ido va a solucionar el verdadero malestar que te hace actuar así. Incluso, en caso de que se haya roto tu relación y estés empezando con una relación con el que fue tu amante, es solo cuestión de tiempo que vuelvas a crear en tu vida aquello de lo que vas huyendo. Ya me cuentas…

Problema # 2: Sentirte víctima de la situación

 

La actitud de víctima es una posición de indefensión, debilidad y estática. Una víctima siente que no pudo ni puede hacer nada, que las circunstancias fueron adversas a su bondad y se lamenta de que las cosas fueron así.

En el caso de la infidelidad, no es así. Y mucho menos, si la reconoces como la señal de cambio urgente en tu vida. Imagina como si la vida te hubiese estado gritando a voces desde hace tiempo “No sigas por este camino que te matas” y que no haz hecho caso a ese aviso sucesivo, pues la infidelidad y el dolor que sientes es ahora el ultimátum.

En caso de que seas tú quien se fue con otra persona, culpabilizar a tu pareja de que te empujó a hacerlo es lo mismo que echarle la culpa al chocolate de que engordas. Esto solo te hace más víctima, te esclaviza y te hace más vulnerable al chocolate. ¿Te suena esto?.

Te guste o no, lo aceptes o no, en una infidelidad en la pareja hay una responsabilidad compartida y en cada momento de la relación existe el fenómeno de la co-creación de experiencias. Pobrecito/a de mi por lo que me ha pasado o pobrecito/a de mi por lo que he hecho, son máscaras que te esclavizarán al sufrimiento y eso es más caro que la infidelidad.

Problema # 3: La crítica y el reproche

El reproche y la crítica

Aquel que señala con el dedo índice olvida que 3 dedos de su propia mano le están señalando a si mismo. ¿Dónde estás haciendo lo mismo que ves que tu pareja ha hecho? ¿De qué forma estás siendo tú infiel a tu pareja y no te has dado cuenta? Incluso en el caso de que no te hayas ido con otra persona. ¿Dónde estás siendo tú infiel a ti mismo/a y no te has dado cuenta? ¿De qué forma has traicionado tus propios sueños y renunciaste a ellos?

El reproche, amigo o amiga que me lees, es solo el llanto de tu impotencia. Es el grito de sentirte incapaz y no saber cómo cambiarlo. Es una voz en tu interior que reclama atención, reconocimiento y merecimiento. El reproche a tu pareja por lo que hizo o el auto reproche por lo que hiciste es el alimento de esa impotencia que quieres dejar de sentir. Es la forma en la que más vas a debilitar tu estima personal y la de tu pareja.

Reprochar es como atarte a una bola de acero, tirar la llave al río y luego querer que te miren con lástima por lo que te ha pasado. ¿De qué te va a servir? Es sano y más conveniente que empieces a sentir responsabilidad dejando de criticarte o criticar a tu pareja por lo que pasó.

Recuerda que la vida te lleva gritando a voces desde hace tiempo “No sigas por este camino que te matas”. Insisto, la infidelidad es una señal clara y urgente de cambio en tu vida. Y por favor, no te quedes en que el cambio en tu vida es cambiar de pareja o separarte de ese “K..b..n” o de esa “P….a”. Esto es la simplista forma de pensar desde tu orgullo y tu ego. Y eso justo es el problema siguiente.

Problema # 4: Querer tener razón – El orgullo

Si llegado a este punto te sientes exactamente igual que al principio de leer este post, tus ideas son exactamente las mismas, nada de lo que te he dicho te hace sentido y sigues pensando que tu pareja no debió hacerlo, simplemente. O que tú no debiste de hacerlo, sin más, pues no hace falta que te cuente más sobre este problema. Tienes razón, yo lo he hecho fatal. Gracias no obstante, por haber llegado hasta aquí.

Si por el contrario, al menos una de las palabras o frases que te he escrito te ha movido un milímetro de la postura que tenías antes de empezar a leer este artículo te doy la enhorabuena, porque has empezado a sanarte. Y ese camino tiene un puente sobre el abismo. Sigue por él que vas a vivir mejor. Felicitaciones porque ya iniciaste el cambio que necesitabas.

Este problema # 4 se explica cogiendo los otros tres problemas juntos y no darte la posibilidad de mirarlos con otros ojos. Querer tener la razón es incompatible con sentir el amor de tu propio corazón, y mucho menos el de tu pareja. Tu corazón es el lugar donde la plenitud, la armonía y  el equilibrio coexisten eternamente, es donde el camino y el destino se unifican con la totalidad. Es donde tú te miras por tu esencia y no por tu forma, donde encuentras el rostro de La Fuente. Quizás. Tal vez…

Gracias.

Óscar Durán Yates