Paseando por el bosque de Casla, me tumbé a descansar y me puse a contemplar el esqueleto de los árboles en otoño.

Después de mucho rato me quedé extasiado contemplando las sinuosidades de los troncos, y las variadas formas de sus ramas y ramificaciones que se desprendían de aquellas.

Observé que un árbol había empezado siendo un tronco principal y alcanzada cierta altura, se abría en dos o tres partes y, algo más arriba, cada una de estas partes se dividían nuevamente en otras cinco o seis, las que a su vez y más arriba, se subdividían en más ramitas cada vez más delgadas.

La visión de conjunto del árbol era similar a una red de ramas de distintos grosores y tamaños.

Sentí que podía comparar ese esqueleto que observaba con el camino que yo había recorrido en mi vida.

Y cualquier ramificación podía representar una elección por mí tomada en ese punto del camino; decisión que me había conducido a otra rama y esa a sus opciones más pequeñas, que a su vez se abrían en ramitas más chiquitas, en más caminos…

El árbol y sus ramitas

Viéndome en la ramita de un extremo de ese árbol, percibí que, entre tantas decisiones tomadas, bien podría haber elegido un camino equivocado.

Me inundó una angustia terrible al mirar las ramas no elegidas, que ahora y para mí eran caminos perdidos… ”Ya no puedo retroceder, ya no tengo tiempo, he perdido mi vida caminando por donde no quería”….

Entonces, volviendo mi mirada a la visión global del árbol, descubrí que, sin importar en qué parte del árbol estuviese, el entramado de ramas grandes y pequeñas, jóvenes y menos jóvenes, me permitía recorrer el árbol de un extremo a otro cada vez que lo quisiese sin necesidad de deshacer el camino.

Para alcanzar cualquier ramita, tan solo me bastaba elegir la ramita nueva que quería visitar y empezar a saltar.

¡Qué tranquilidad!.

¡Gracias, ramitas!

Oscar Durán Yates


    14 replies to "Cuento del árbol y sus ramitas"

    • Diana

      que bonito cuento Oscar!! me ha encantado!!
      Un abrazo

      • mm Oscar Duran Yates

        Gracias, Diana. Qué bien que te guste y es todo un halaga viniendo de ti que eres una gran narradora. Un abrazo.

    • Maria

      Y como se salta de una ramita a otra? Yo no lo veo tan claro, ahora mismo me encuentro en uno de esos momentos en los que el camino se divide en dos, derecha o izquierda y la verdad que no tengo ni la menor idea de por donde tirar pero desdeluego sé que son incompatibles y vaya por donde vaya no podré volver a ir por el otro lado.

      • mm Oscar Duran Yates

        Hola María, pues sí, en esos momentos de encrucijada podemos sentirnos muy confundidos porque elegir una opción implica una forma de renuncias, pérdidas, etc. Lo que más confusión causa es escuchar esta voz porque es la voz del miedo. El miedo en sentido puro es una presuposición que hacemos de un futuro cercano o lejano en el que asumimos que tendremos más dolor que placer, más pérdida que ganancia, más perjuicio que beneficio. Yo te sugiero que observes este momento en el que tienes que tomar decisión desde lo que más, más, más, más te apetece. Imagina cada una de las opciones con el mayor detalle que puedas y observa cómo vibra tu cuerpo-mente. Una de las opciones vibrará con más fuerza. Y antes de saber cuál es, ve descartando una a una. Por supuesto que cualquier camino te llevará a renuncias de los otros, pero no solo habrá renuncias, también habrá regalos nuevos. Y ya que no podrás evitar el dolor en la vida, al menos que lo que te duela sea por lo que más amas hacer, dedicarte, etc…Deseo que te ayude mi respuesta. Si necesitas contactarme por privado, escríbeme a [email protected] Un abrazo.

    • maria

      Como siempre muy inspirador. Gracias.

      • mm Oscar Duran Yates

        Mil gracias, María. Celebro que te sea útil. Un abrazo

    • Pilar Lopez

      Me encantó el cuento. Es muy buena la comparación con nuestra vida. Gracias Oscar por compartirlo.

      • mm Oscar Duran Yates

        Gracias a ti Pilar. Un abrazo

    • Edurne

      Es buenisimo Oscar! Me ha abierto una magnifica sonrisa y me ha dejado muy tranquila darme cuenta de que con los saltitos podemos reparar trayectorias, Gracias!!!

      • mm Oscar Duran Yates

        Gracias, Edurne. Me alegra mucho que te sirviera. Un abrazo

    • Vicente

      Una bonita historia y a la vez verdadera. Gracias Oscar.

      • mm Oscar Duran Yates

        Gracias Vicente. Me alegra que te gustase. Un abrazo.

    • francisco diaz

      Cuento-realidad como la vida misma.Una manera muy clara, que hace reflexionar y que seguro a todo el mundo le pasa. Ver su vida desde dos puntos de vista,la que tienes y que es la que quieres llevar y la que no tienes y quisieras llevar.Mientras te apoyes en la rama correcta y crezcas con ella todo es fabuloso, lo malo que no sea así,porque es ya cuando nuestros pensamientos se bloquean, se arrepienten no haber cogido la otra “rama” y simplemente creemos que ya no es posible seguir esa vida que queríamos seguir ya sea por miedo o porque nos ponemos falsas travas , y a veces es más simple de lo que creemos y es como nos dice el cuento, debemos ser decididos y saltar a ese otro camino, ser decidimos,perder los miedos y ser un poco “egoístas”.

      Un gran articulo.

      Saludos

      • mm Oscar Duran Yates

        Hola Francisco. Estoy de acuerdo contigo de que muchas veces ponemos a otros por excusa para no hacer lo que amamos, y solo es miedo a algo: no ser capaces, fracasar, ser rechazados….Gracias por compartir. Un abrazo

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